Su mamá es un hada, su papá un vampiro y ella tiene un poquito de los dos. El día en que la clase de Isadora sale de excursión... ¡a un castillo encantado!, todos están muertos de miedo, ¿y si encuentran un fantasma?
Isadora tendrá que enseñarles que hay cosas que no asustan tanto cuando las conoces...".
Esta colección me parece ideal para aquellas niñas y niños, aunque seguramente enganche más a niñas, que, a pesar de no querer renunciar a los brillos y las purpurinas, tienen clarísimo que ya no les gusta leer una historia "rosa" sin más, es decir, son lectores que quieren vivir una aventura llena de misterio y centrada en el apasionante mundo de los vampiros.
Cuenta con unas preciosas ilustraciones en rosa y negro y la estética de la protagonista es tal cual: rosa es su capa y su varita; negro es su vestido y su maletín. Tiene orejas de hada, puntiagudas, y dientes de vampiro.
En esta ocasión la historia se desarrolla en un castillo, precioso por cierto, al que acuden Isadora y sus amigos de excursión. Será el papá de la protagonista el que haga de guía e irán acompañados también por la señorita Guinda. Como es de esperar encuentran un pequeño fantasma que les contará lo aburrido y solo que está.
Al igual que en las anteriores entregas de la colección se resaltan valores como la solidaridad, la empatía y el respeto a los demás, aceptando las peculiaridades de cada uno.
